"El mundo está muy centralizado y la naturaleza odia la centralización"

20.05.2014 | Entrevistas

Yvon Chouinard, fundador de la empresa Patagonia, es considerado uno de los líderes pioneros de la Responsabilidad Social Empresaria. A través su estrategia empresarial desafía las leyes del capitalismo, llamando a sus clientes a pensar antes de comprar sus productos, por ejemplo. En esta entrevista con ComunicaRSE revela cómo Patagonia garantiza la transparencia de su cadena de valor textil, expone su visión crítica sobre los organismos genéticamente modificados y analiza el estado de la sustentabilidad global actual y de la economía de Estados Unidos.


¿Por qué dice que el crecimiento le está ganando la batalla a la sustentabilidad?

Es la naturaleza humana. Las empresas públicas que cotizan en bolsa deben mantener un crecimiento de un 10 % a 15 %. Un día estaba en la sala de reuniones con todos los empleados y sujeté papeles alrededor de todo el cuarto y escribí un número uno seguido de varios ceros alrededor del salón y dije: así seremos si crecemos 15 % todos los años, y me pregunté: ¿qué tan grande podríamos ser si crecemos durante 15 años a este ritmo? ¡Es algo loco e imposible! Las compañías públicas son forzadas a crecer hasta que mueren, colapsan. Mientras más rápido crecen, más rápido colapsan. Es muy difícil restringir el crecimiento, pues sus empleados son empujados hacia el crecimiento.

¿Puede identificar cuándo fue el momento que usted se dio cuenta que la sustentabilidad era la vía para sus negocios?

 Eso fue en 1980. Había una recesión y nosotros crecíamos a un 15% cada año. Es muy difícil retener ganancias a ese nivel de crecimiento. Nosotros planeábamos un año más con ese crecimiento y entonces llegó esa recesión,  y si bien nosotros teníamos las ventas para crecer al 15%, no podíamos conseguir el inventario, los bancos no facilitaban el dinero y tuvimos que despedir gente. Hicimos crecer el negocio en forma insostenible por medio de publicidad y abriendo más tiendas minoristas. Ahí fue cuando cambié mi estrategia de negocio.

Es como los lemings, los pequeños roedores que saltan los riscos cuando tienen sobrepoblación, los que están en el medio de seguro van a saltar, los que están en los extremos se van a dar la vuelta justo cuando lleguen al borde. 

¿Qué postura tiene usted sobre los organismos genéticamente  modificados?

 Pienso que es una cosa realmente mala. La naturaleza es perfecta, nosotros no podemos mejorar nada. Cada vez que hacemos eso, es un desastre. Nosotros siempre desatendemos las consecuencias de todas las cosas que los humanos hacen. El problema es que nadie piensa  profundamente sobre el lado malo de hacer eso.

En Estados Unidos, nosotros usamos 80 mil químicos, y solo 300 han sido testados por completo para medir su toxicidad. Usted puede llegar con un nuevo químico a Estados Unidos y solo venderlo, no hay que probar que sea seguro. Usted sólo tiene que probar que no sea peligroso. En Europa, en cambio, usted tiene que probar que la tecnología es realmente segura para poder colocarla. Es completamente diferente. En Estados Unidos usted es inocente hasta que compruebe lo contrario, en Europa usted es culpable hasta que se compruebe lo contrario.

¿Qué debe hacerse para evitar otro Bangladesh en el sector textil?

 Nosotros nunca tuvimos ese tipo de problema. Iniciamos una organización, con Nike, Levis y 20 otras compañías, que velaba por la seguridad en cada una de las fábricas. Sin embargo nosotros no  creímos que esto fuese suficiente, y enviamos gente a hacer inspecciones. Lo hicimos porque de existir problemas hubiera herido de muerte a nuestra marca.

Algunos de nuestros productos son hechos de plumas de gansos que vienen del este de Europa. Los grupos de derecho animal europeos decían que nuestros proveedores atentaban contra la calidad de vida de los gansos. Nosotros no sabíamos que eso pasaba, realmente, y enviamos tres personas al este de Europa. Estas personas confirmaron que efectivamente los gansos eran alimentados forzosamente y cambiamos de proveedor. 

¿Cómo evalúa los resultados de sus programas filantrópicos?

 Bueno, nosotros hemos entregado alrededor de 15 millones de dólares en donaciones a cerca de 800 organizaciones de ayuda. Ellas están haciendo un gran trabajo. Nosotros trabajamos con las organizaciones más radicales, aquellas que las otras compañías no quieren ayudar por ser muy controversiales. Nosotros le damos a las que son muy radicales, las que realmente funcionan.

Patagonia lanzó una campaña en el New York Times años atrás, titulada “No compre esta campera”,  ¿cómo surgió esta idea?

 No recuerdo ahora quién vino con la idea en la compañía. Un anuncio en el New York Times cuesta 80 mil dólares. En verdad, estábamos sobrevendiendo más camperas de las que realmente teníamos. Conseguimos 50.000 personas para firmar una petición en la que ellos iban se comprometían a pensar desde ese momento dos veces para comprar algo.

¿Cómo ve el futuro de la sustentabilidad en las empresas, va a ser determinante para la generación de valor?

 Soy pesimista. Los científicos no son optimistas. Observe los números, es imposible, eso no es sustentabilidad. Un solo evento negativo podría golpear la economía mundial, no es la economía  de Argentina, no es la economía de Uruguay, es la economía mundial.

Si tenemos una bomba atómica explotando en Estados Unidos, si los terroristas tomaran siete de las pequeñas plantas transformadoras eléctricas, toda la actividad en Estados Unidos se apagaría por tres meses, toda la electricidad, todas las computadoras, todo fuera, por 3 meses.

El mundo está muy centralizado y la naturaleza odia la centralización. La naturaleza ama la diversidad y es por eso que hizo muchas especies. Nosotros queremos poner todo junto, como con la agricultura, queremos sembrar todo junto, lo que es un desastre. Estamos haciendo todo mal. Soy  muy pesimista. Creo que el imperio de los Estados Unidos acabó. y para mantenerlo tienes que gastar siete veces más en armas que todas las demás naciones juntas para proteger tus intereses. Es insostenible.

Tenemos un sistema terrible de educación, la gente tiene hambre, viven en cajas en las calles. Vaya a Islandia y observe como luce  lo que es unos de los países más sustentables. Es increíble. No hay nadie en las calles, todo el mundo tiene educación gratuita, a través de la universidad, seguridad social, puedes llamar al primer ministro por teléfono. Es una democracia real.

¿Cómo ve a el trabajo de las grandes empresas multinacionales?

 Mire el caso de Wal-Mart. Comenzaron alejados de la sustentabilidad. Por ahora, Wal-Mart se concentra en hacer las cosas que son más fáciles para transformarse en una empresa verde. Pero ahora ellos están asustados, porque ahora tienen que hacer realmente grandes cambios para alcanzar esto y no hay vuelta atrás.