Novozymes

“Las enzimas sustituyen productos químicos y promueven enfoques sostenibles en la agricultura”

21.06.2018 | Entrevistas

Pedro Luiz Fernandes, Vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Novozymes América Latina, conversó con ComunicaRSE sobre la estrategia regional de sustentabilidad de la empresa danesa y sobre la planta de enzimas para el agro que tiene en Argentina. Fernandes propone a los biofertilizantes y al control de plagas con enzimas como una alternativa a los agrotóxicos. Además, describió cómo se aplica el bono para ejecutivos vinculado a la sostenibilidad y las nuevas oportunidades de negocio que la sustentabilidad les abrió en la industria de los detergentes y en los de biocombustibles.


Novozymes es una empresa danesa productora de enzimas industriales, que controla aproximadamente el 48 por ciento del mercado y posee más de 6,500 patentes otorgadas y pendientes, según el informe anual de la compañía. Su historia arranca a principios del siglo XX con un experimento para extraer insulina de animales por parte de dos hermanos daneses. A partir de ese momento la empresa se dedicó a producir enzimas o proteínas biológicas que catalizan reacciones químicas naturales en las células de los organismos vivos, acelerando esos procesos biológicos, como la descomposición de los carbohidratos orgánicos en azúcares o el aumento del rendimiento de los materiales orgánicos.

Pedro Luiz Fernandes, Vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Novozymes América Latina, contestó algunas preguntas sobre el rol de las enzimas en el futuro de la sustentabilidad.

¿Cómo se relaciona la industria de producción de enzimas con el desarrollo sostenible?

"En el negocio de los biofertilizantes y soluciones microbianas agrícolas, estos productos ayudan a reemplazar la necesidad de productos químicos en los campos y, por lo tanto, permiten enfoques sostenibles para la agricultura. Se venden a empresas agrícolas y las organizaciones de semillas agrícolas que operan en el mundo en desarrollo permiten la agricultura con menos insumos. Las enzimas son clave para impulsar la productividad de los alimentos y la seguridad alimentaria.

Desde que comencé a trabajar en Novozymes hace 30 años vi cómo la empresa fue aumentando su compromiso con la sostenibilidad. Una de mis primeras tareas fue trabajar para incorporar el eje ambiental en la estrategia empresaria. En 1994 fuimos una de las primeras empresa de Dinamarca en enviar un informe ambiental y también es una de las primeras empresas en implementar el enfoque de triple resultado (“triple bottom line”, en inglés), que tiene como objetivo establecer un equilibrio entre aspectos financieros, sociales y ambientales.

Por otro lado, desde hace muchos años que trabajamos con el Pacto Global de Naciones Unidas. A principios del año 2015, nuestro CEO decidió lanzar la estrategia global de sustentabilidad, incluso antes de aprobarse a nivel internacional la Agenda 2030 y los ODS. La tecnología de Novozymes en relación con bioenergía, detergentes, agricultura, alimentos y forrajes nos posiciona de manera tal que podamos lograr los objetivos relacionados con la seguridad de los alimentos, el consumo sustentable, y la agricultura y la energía sustentables.

Nuestra estrategia se basa en un enfoque con 6 ejes, entre ellos se destacan los ODS, las evaluaciones de ciclo de vida del producto, pero por sobre todo las alianzas de impacto. El ODS 17 de alianzas es fundamental para nuestra estrategia. Todos nuestros procesos y productos son atravesados por un trabajo articulado con nuestros grupos de interés".

En el Reporte de Sustentabilidad se indica que la compensación de los ejecutivos en Novozymes está ligada al desempeño en sustentabilidad y a los ODS. ¿Podría explicarnos en qué consiste este bono de desempeño sustentable?

"Sí, efectivamente contamos con bonos ejecutivos vinculados a la sostenibilidad. La compañía desarrolló una serie de motivadores y mensajes internos específicos que han contribuido a que la sostenibilidad sea una razón fundamental para la existencia de la empresa.

Estos bonos funcionan como una cascada. Es decir, arrancan desde arriba, desde la presidencia y vicepresidencia quienes cuentan con objetivos estratégicos vinculados a lo ambiental y social. Luego baja a las gerencias y así hacia todas las áreas de la empresa. Se trata de una estrategia global adaptada a las condiciones locales.

Para dar un ejemplo, los objetivos típicos podrían ser una reducción básica en la huella de CO2 de la compañía o quizás objetivos orientados hacia el exterior para reducir la huella de los clientes mediante el uso de los productos de la compañía". 

¿Cómo Novozymes está usando la sustentabilidad para crear nuevas oportunidades de negocio?

"El uso de enzimas es un proceso biológico. La idea es que estas enzimas sean sustitutas de algunos productos químicos ayudando a reducir el impacto negativo ambiental que tienen estos productos. Cuando se utilizan enzimas se reduce la emisión de gas carbónico comparado con los métodos tradicionales. Se trata de cambiar el modelo de negocio tradicional (business as usual) y para ello les presentamos una calculadora de sustentabilidad a nuestros clientes que consiste en un análisis de ciclo de vida del producto que indica el potencial de la enzima para reducir la huella ambiental de un producto.

Un ejemplo lo tenemos en la industria de los detergentes. Si podemos alentar a la mitad del mercado a cambiar de detergentes convencionales a concentrados, ahorraremos grandes cantidades de energía en términos de transporte y envasado. Además utilizaremos productos menos contaminantes y nocivos para el ambiente y la salud.

El gran éxito que logramos fue lograr comprobar el beneficio ambiental de las enzimas a partir de estos análisis de ciclo de vida, que hemos realizado a 8 industrias desde el bioetanol, cuero, hasta cosméticos y productos de limpieza".

¿La empresa está incursionando en los biocombustibles, es así?

"Novozymes ha destinado más recursos a las enzimas de biocombustibles, que actualmente representan el 18 por ciento de sus ingresos, con el objetivo de adaptar los biocombustibles a un nivel que reemplace a los combustibles fósiles de manera rentable. Brasil es el mayor productor de caña de azúcar, generando un bagazo con un enorme potencial para biocombustible. Hemos trabajado para transformar este bagazo en etanol biocelulósico a partir de un combo de enzimas. Se espera que las Enzimas Globales de Biocombustibles presenten un crecimiento significativo durante el período de pronóstico debido al aumento de las aplicaciones en etanol a base de maíz, etanol lignocelulósico, biodiesel y otros. En Argentina vendemos estas enzimas para producit bioetanol de maíz".

¿Cuál ha sido el mayor desafío de trabajar estos temas de biotecnología en América Latina?

“Lo más difícil es lograr que el empresario vea la importancia del largo plazo. Muchos dicen que las enzimas son caras pero nosotros hacemos un llamado a que analicen el ciclo de vida de su producto para que vean que los beneficios a mediano y largo plazo son mayores. Los resultados positivos en reducción de huella hídrica y huella de carbono han ayudado a convencer a muchos. El mayor desafío es cambiar la cultura del corto plazo. La utilización de la biotecnología tiene un gran potencial al largo plazo.

Nos hemos sorprendido gratamente, que en Argentina están cambiando esta mentalidad. Hace muchos años se viene utilizando inoculantes biológicos para sojas, que se usan como nutrientes, mientras que en Brasil se utiliza menos. En Pilar tenemos una planta de productos para bioagricultura con 70 empleados. La idea es que estos productos sean sustitutos de los productos químicos como los agrotóxicos. Para ello hace unos años se firmó la Alianza BioAg con Monsanto, para el desarrollo de nuevos pesticidas y herbicidas que están hechos de microbios naturales.  Nosotros buscamos reemplazar lo químico con bioinsecticidas y biofunguicidas que tienen un menor impacto ambiental y en la salud. Los productos ya se están utilizando en más de 80 millones de acres de tierras agrícolas; el objetivo es llegar a 250 a 500 millones de acres en todo el mundo para 2025".

Entrevista: María Julia Arana

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