Según la OMS el 23% de las muertes se debe a causas ambientales

15.03.2016 | Ambiente

Nuevas estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que en 2012 perdieron la vida 12,6 millones de personas por vivir o trabajar en ambientes poco saludables: casi una cuarta parte del total mundial de muertes. La mayor parte de las muertes por factores medioambientales se deben a las enfermedades no transmisibles.


Los factores de riesgo ambientales, como la contaminación del aire, el agua y el suelo, la exposición a los productos químicos, el cambio climático y la radiación ultravioleta, contribuyen a más de 100 enfermedades o traumatismos.

Ambientes más sanos para mejorar la salud

«Un ambiente sano es la base de la salud en la población», señala la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. «Si los países no adoptan medidas para que los ambientes en los que se vive y se trabaja sean sanos, millones de personas seguirán enfermando y muriendo prematuramente».

En el informe se hace hincapié en las diferentes medidas costoeficaces que pueden tomar los países para invertir la tendencia al alza de las enfermedades y las muertes por influencia del medio ambiente. Entre esas medidas se incluye el uso de combustibles sólidos para cocinar y el mayor acceso a tecnologías energéticas que emiten poco carbono.

«Es sumamente urgente invertir en estrategias que reduzcan los riesgos ambientales en las ciudades, hogares y lugares de trabajo», señala la Dra. María Neira, Directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. «Esas inversiones pueden reducir considerablemente la creciente carga mundial de enfermedades cardiovasculares y neumopatías, lesiones y cánceres, y comportar una reducción inmediata en los costos sanitarios».

Estrategias para reducir la carga de morbilidad vinculada al medio ambiente

En el informe se citan estrategias de eficacia demostrada para mejorar el medio ambiente y prevenir enfermedades. Por ejemplo, si se utilizaran tecnologías y combustibles limpios para preparar alimentos, y para la calefacción y la iluminación, se reducirían las infecciones respiratorias agudas, las neumopatías crónicas, las enfermedades cardiovasculares y las quemaduras. Con la mejora del acceso al agua potable y a un saneamiento adecuado y el fomento de la higiene de las manos, se potenciaría la reducción de las enfermedades diarreicas.

Gracias a la legislación por la que se prohíbe fumar en determinados lugares, se ha reducido la exposición al humo ajeno, y por lo tanto también las enfermedades cardiovasculares y las infecciones respiratorias. La mejora del tránsito en las ciudades y el urbanismo, y la construcción de viviendas más eficientes desde el punto de vista energético reducirían las enfermedades provocadas por la contaminación atmosférica y fomentarían la práctica de actividades físicas.

Son ya muchas las ciudades de todo el mundo que aplican un buen número de estas medidas costoeficaces. Curitiba (Brasil) ha invertido considerablemente en la modernización de barrios marginales, el reciclaje de desechos y en un popular sistema de «transporte en autobús rápido» integrado con los espacios verdes y los carriles peatonales para alentar los desplazamientos a pie y en bicicleta. A pesar de que la población se ha multiplicado por cinco en los últimos 50 años, los niveles de contaminación atmosférica son inferiores si se comparan con los de otras ciudades de crecimiento rápido y la esperanza de vida es dos años superior a la de la media nacional.

Gracias a los planes OMS de seguridad del agua, utilizados para identificar y tratar de solucionar los problemas que pueden hacer peligrar la salubridad del agua de bebida, en Amarapuri (Nepal) se detectó que la defecación al aire libre era un riesgo para la calidad del agua y que contribuía a la propagación de enfermedades en la zona. En consecuencia se construyeron inodoros en cada vivienda del poblado, que fue declarado por el gobierno local «zona en la que no se practica la defecación al aire libre».

Actualmente, la OMS trabaja con los países para que tomen medidas sobre la contaminación atmosférica y la del aire de interiores. En la Asamblea Mundial de la Salud del próximo año, la OMS propondrá una hoja de ruta para mejorar la respuesta mundial del sector de la salud con el objetivo de reducir las consecuencias adversas para la salud de la contaminación atmosférica.

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