El mensaje a las empresas en la encíclica de Francisco consagrada al medio ambiente

17.06.2015 | Destacadas

La muy esperada nueva encíclica del Papa Francisco “Laudato sii” que se presenta hoy 18 de junio está dedicada al medio ambiente. El documento recoge algunas firmes reflexiones acerca del rol del poder económico. El Papá afirma que la protección ambiental no puede asegurarse sólo en base al cálculo financiero de costos y beneficios y que el ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos del mercado no son capaces de defender. Señala que muchos de los que “tienen más recursos y poder económico parecen concentrarse en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas”.


El papa Francisco reconoce que “se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta”.

"El discurso del crecimiento sostenible suele convertirse en un recurso diversivo y exculpatorio que absorbe valores del discurso ecologista dentro de la lógica de las finanzas y de la tecnocracia, y la responsabilidad social y ambiental de las empresas suele reducirse a una serie de acciones de marketing e imagen", critica con dureza el Pontífice.  

Detecta las raíces del problema en la tecnocracia y el excesivo repliegue autorreferencial del ser humano.

El recorrido de la Encíclica se desarrolla en seis capítulos a partir de la escucha de la situación a partir de los mejores conocimientos científicos disponibles hoy, recurre a la luz de la Biblia y la tradición judeo-cristiana y detecta las raíces del problema en la tecnocracia y el excesivo repliegue autorreferencial del ser humano.

La propuesta de la Encíclica es la de una “ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales” , inseparablemente vinculadas con la situación ambiental. En esta perspectiva, el Papa Francisco propone  emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión transparentes.

El texto está atravesado por algunos ejes temáticos fundamentales como “la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de  entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida”.

Francisco critica la cultura del descarte y propone buscar un nuevo estilo de vida.

Sobre el cambio climático el documento dice que “es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad”.

El Papa argentino dice que “el clima es un bien común, de todos y para todos” , el impacto más grave de su alteración recae en los más pobres, pero muchos de los que “tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas”.

“La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil”, reflexiona el Pontífice.

Nos advierte que el controldel agua por parte de grandes empresas mundiales se puede llegar a convertir en una de las principales fuentesde conflictos de este siglo.

Agua: El Papa afirma sin ambages que “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. Privar a los pobres del acceso al agua significa “negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable”.

 

Los impactos
ambientales podrían afectar a miles de millones
de personas, pero es previsible que el control
del agua por parte de grandes empresas mundiales
se convierta en una de las principales fuentes
de conflictos de este siglo.

Biodiversidad: “Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, perdidas para siempre”.

No son sólo eventuales “recursos” explotables, sino que tienen un valor en sí mismos. En esta perspectiva “son loables y a veces admirables los esfuerzos de científicos y técnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano”, pero esa intervención humana, cuando se pone al servicio de las finanzas y el consumismo, “hace que la tierra en que vivimos se vuelva menos rica y bella, cada vez más limitada y gris”.

"Existen propuestas de internacionalización de la Amazonia que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones trasnacionales"

En otro tramo muy revelador se refiere a la Amazonia y la cuenca fluvial del Congo como "grandes pulmones del planeta" y denuncia que "no se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo pretexto de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales". "De hecho, existen propuestas de internacionalización de la Amazonia que sólo sirven a los intereses económicos de las corporaciones trasnacionales", acusa

Deuda ecológica: en el marco de una ética de las relaciones internacionales, la Encíclica indica que existe “una auténtica deuda ecológica” , sobre todo del Norte en relación con el Sur del mundo. Frente al cambio climático hay “responsabilidades diversificadas” , y son mayores las de los países desarrollados.

Francisco acepta que la Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero al mismo tiempo  invita a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común.

Las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las expectativas.

Sobre esta base, el Papa Francisco no teme formular un juicio muy negativo sobre las dinámicas internacionales recientes: “las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos y eficaces”.

De acuerdo a su visión, el mundo necesita un acuerdo sobre los regímenes de gobernanza global para toda la gama de los llamados “bienes comunes globales”» , dado que “la protección ambiental no puede asegurarse sólo en base al cálculo financiero de costos y beneficios. El ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos del mercado no son capaces de defender o de promover adecuadamente”.

La corrupción esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores.

El Papa Francisco insiste sobre el desarrollo de procesos decisionales honestos y transparentes, para poder “discernir” las políticas e iniciativas empresariales que conducen a un “auténtico desarrollo integral”. En particular, el estudio del impacto ambiental de un nuevo proyecto "requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente". 

Sobre el final, Laudato Sii aborda un tema clásico en la Doctrina Social de la Iglesia, como es el uso y distribución de las tierras. Las economías de escala, especialmente en el sector agrícola, terminan forzando a los pequeños agricultores a vender sus tierras o a abandonar sus cultivos tradicionales. Los intentos de algunos de ellos por avanzar en otras formas de producción más diversificadas terminan siendo inútiles por la dificultad de conectarse con los mercados regionales y globales o porque la infraestructura de venta y de transporte está al servicio de las grandes empresas. 

 

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