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“América Latina todavía considera que ser dueño de un auto es un hito y esto dificulta cambiar por opciones sostenibles”

16.01.2018 | Movilidad Sostenible

En una entrevista exclusiva, Yeswant Abhimanyu, gerente de investigación en movilidad sostenible de la consultora Frost & Sullivan describió los principales resultados de su última investigación sobre movilidad sostenible en América Latina. La investigación puso el foco en investigar las tendencias en movilidad sostenible cuatro países - Argentina, Brasil, Chile y México- de cara a 2023. Reproducimos a continuación la entrevista.


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¿Cuáles son las principales tendencias que impactan la evolución de los nuevos modelos de movilidad sostenible en América Latina?

Nuestra investigación detectó cuatro tendencias que afectan la evolución a modelos de movilidad más sostenible. La primera tendencia tiene que ver con el crecimiento demográfico y el crecimiento de mega ciudades y mega economías como Buenos Aires, Santiago, Sao Paulo, Río de Janeiro, Bogotá, entre otros.
Detectamos que para 2025 habrá 6 mega-ciudades en la región que alojarán al 80% población y generarán el 38% del PBI del continente. Esta tendencia está empujando innovaciones en movilidad urbana. Proponemos pensar a estas mega-ciudades como los principales clientes del futuro. Las municipalidades están exigiendo cada vez más requisitos en términos de movilidad, infraestructura, energía, entre otras nuevas demandas que se están instalando. Esta es una de las principales conclusiones del estudio, las municipalidades están presionando por nuevas formas y soluciones de movilidad.

La segunda tendencia se da en términos de conectividad  y accesibilidad digital. Observamos que hay una tendencia en la industria automotriz en volverse completamente digital. Está creciendo el número de usuarios de celulares, de internet, y todo esto impulsa nuevos modelos de negocios. Según nuestro análisis, la movilidad del futuro se basará en generar plataformas que conecten soluciones de movilidad a escala digital.

La tercera tendencia son los nuevos modelos económicos que están afectando a la industria automotriz como la economía colaborativa. Este nuevo  paradigma de la economía está generando nuevos modelos de negocios como por ejemplo el eHailing (pedir taxis a través del celular como el modelo Uber). El mercado de e-Haling tiene un potencial para generar 34 mil millones de dólares para 2025 sólo en Latinoamérica. Otro ejemplo es el car-sharing. Se espera que la flota de automóviles compartidos experimente un aumento de diez veces para 2023.

La cuarta tendencia se relaciona con las clases medias y las nuevas generaciones. El estudio muestra que la edad demográfica en las ciudades latinoamericanas está cambiando. Además estamos viendo un cambio en las nuevas generaciones, en la forma de moverse y consumir. Esperamos cerca de 480 millones de personas en la clase media para 2025, esto claramente generará cambios en la movilidad. Brasil, por ejemplo, espera que el 30% de su población en la categoría de personas entre 15-34 años para 2025. Esto impacta en cómo se percibe la movilidad y cómo se toman elecciones de transporte. La movilidad como servicio se enfocará en la generación de valor, en la movilidad inteligente, deberá ser flexible, ajustarse a la demanda, y ser costo-efectiva. Observamos que en varias ciudades de la región se está comenzando a compartir los viajes en aviones privados y helicópteros, se están desarrollando nuevas soluciones de movilidad de lujo, como una forma de democratizar las soluciones de lujo.

El estudio destaca que en América Latina todavía persiste el paradigma de la propiedad del vehículo, en lugar del paradigma del uso del vehículo. ¿Cuáles son las razones para que la región siga abrazando viejos paradigmas?

Cuando hablamos del paradigma de la movilidad tradicional, nos referimos al uso del subte, colectivos, trenes, y la propiedad privada del vehículo. El estudio detecta que América Latina sigue enfocándose en el uso de movilidad tradicional y que existe una convivencia con nuevas formas de movilidad. Hemos detectado grandes cambios en los últimos 3 a 5 años, han surgido nuevos modelos de negocios impulsados por la economía colaborativa. Las soluciones nuevas de movilidad se han vuelto una alternativa a la forma tradicional de moverse, pero sigue conviviendo y complementándose la propiedad del vehículo. Vemos que a corto plazo seguirá siendo solo algo complementario. La razón es cultural. América Latina todavía considera que ser dueño de un auto es un hito en la vida y esto dificulta cambiar por opciones sostenibles. Esta forma seguirá existiendo, conviviendo con los nuevos modelos.

Mencionaste que las municipalidades y los gobiernos serán el cliente del futuro para la industria automotriz. ¿Cómo evalúa el avance en políticas públicas favorables a formas sostenibles de movilidad en la región?

Los nuevos modelos de negocios en movilidad sostenible están siendo constantemente discutidos en América Latina. Las ciudades están tomando parte activa del debate sobre cómo los nuevos modelos pueden ser incluidos en la movilidad urbana. Obviamente siempre que surgen modelos disruptivos se generan dos bandos, a favor y en contra de estas innovaciones. Pero las ciudades están discutiendo como incluir las nuevas soluciones a través de regulaciones. La articulación intersectorial para incluir en la cadena de valor a las nuevas soluciones de movilidad será la clave.

¿Cómo deberá cambiar la cadena de valor automotriz para adaptarse y tomar ventaja de las nuevas soluciones de negocio en movilidad?

Proponemos dos claves para esta adaptación. Por un lado, la optimización de los recursos existentes. Esto tiene que ver con analizar cómo se mueven las personas y aprovechar las oportunidades y corregir las deficiencias. Por ejemplo, tenemos muchísima cantidad de autos en las calles, es necesario analizar cuántos de ellos son usados en su máximo potencial, y cómo hacer para mejorar su desempeño.
La segunda clave es lograr ser más efectivos en términos de costos. Al optimizar el uso de los recursos estamos analizando cómo reducir costos, hacerlos más efectivos. Por encima de todo, la clave principal es la necesidad de generar alianzas en la cadena de valor. Para operar estas innovaciones se requieren alianzas entre sectores, entre diversos actores de la cadena de valor, y hasta entre empresas competidoras.

Desde su experiencia, ¿cree usted que las automotrices latinoamericanas están abiertas a colaborar con sus competidores en soluciones de movilidad sostenible?

Creo que toda la cadena de valor de la industria automotriz está abierta a la colaboración, pero es más difícil entre competidores, es cierto. El asunto es que los cambios son tan vertiginosos  que afectarán a toda la industria. Para aprovechar toda su potencialidad de estas tendencias proponemos impulsar las alianzas. En América Latina hemos visto muchas iniciativas de este tipo en la industria de fabricantes de automóviles. Estos se están uniendo a otras empresas del sector y de otros como el de tecnología. Entendemos que es importante que la industria pueda unir fuerzas para satisfacer las nuevas demandas de los consumidores. Para ello la flexibilidad es muy importante, la capacidad de encontrar soluciones flexibles, adaptadas a cada usuario, esto se lograra sólo con alianzas.

Acceder a la investigación en este link.

 

 

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