El estudio destaca que en muchos países el nivel educativo promedio de las niñas sigue siendo más bajo que el de los niños, y las mujeres adultas son menos alfabetizadas que los hombres. Además de estas brechas de género en el logro educativo, la discriminación y las normas sociales determinan los términos de la participación femenina en la fuerza de trabajo. Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de unirse a la fuerza de trabajo y trabajar por un salario. Cuando lo hacen, es más probable que trabajen a tiempo parcial, en el sector informal o en ocupaciones que tienen un salario más bajo. Estas desventajas se traducen en brechas sustanciales de género en los ingresos, que a su vez disminuyen el poder de negociación y la voz de las mujeres.

Además, muchas niñas están casadas o tienen hijos antes de los 18 años, antes de que estén física y emocionalmente preparadas para convertirse en esposas y madres. Las mujeres y las niñas también enfrentan mayores riesgos de violencia de género en sus hogares, en el trabajo y en los espacios públicos.

Esta falta de oportunidades para niñas y mujeres conlleva grandes costos económicos no solo para ellas, sino también para sus hogares y países. Alcanzar la igualdad de género tendría grandes beneficios para el bienestar de las mujeres y las niñas. Esto, a su vez, beneficiaría enormemente a sus hogares y comunidades, y ayudaría a los países a alcanzar su pleno potencial de desarrollo. Reduciría la fertilidad en países con un alto crecimiento de la población, así como reduciría la mortalidad y el retraso en el crecimiento de los niños menores de cinco años, contribuyendo así a marcar el comienzo de la transición demográfica y los beneficios asociados del dividendo demográfico.

Algunos hallazgos clave:

• A nivel mundial, las mujeres representan solo el 38 por ciento de la riqueza del capital humano frente al 62 por ciento para los hombres. En los países de ingresos bajos y medianos bajos, las mujeres representan un tercio o menos de la riqueza del capital humano.
   
• Sobre una base per cápita, la desigualdad de género en las ganancias podría llevar a pérdidas en la riqueza de $ 23,620 por persona a nivel mundial. Estas pérdidas difieren entre regiones y países debido a que los niveles de riqueza del capital humano, y por lo tanto las pérdidas de riqueza debido a la desigualdad de género, tienden a aumentar en valores absolutos con el desarrollo económico. Por estas razones, en términos absolutos, las pérdidas son mayores en los países de la OCDE.
   
• A nivel mundial, para los 141 países incluidos en el análisis, la pérdida en riqueza del capital humano debido a la desigualdad de género se estima en $ 160.2 billones si simplemente asumiésemos que las mujeres ganarían tanto como los hombres. Esto es aproximadamente el doble del valor del PIB a nivel mundial. Dicho de otra manera, la riqueza del capital humano podría aumentar en un 21,7 por ciento a nivel mundial, y la riqueza total en un 14 por ciento con igualdad de género en las ganancias.

El estudio se puede descargar pulsando aquí.