Ser una empresa flexible y permitir que los trabajadores compaginen su faceta profesional y personal no es algo reservado sólo a las grandes multinacionales. Las pequeñas empresas dan ejemplo de cómo conciliar con pocos recursos. Hablar de políticas de conciliación y flexibilidad laboral en España suena todavía a ciencia ficción. Es cierto que la mayoría de las grandes y medianas empresas tienen, en teoría, horarios que permiten al empleado ajustar su jornada laboral a las necesidades de su puesto de trabajo sin descuidar sus responsabilidades familiares. En la práctica, sin embargo, la realidad es bien distinta y todavía son muchas las compañías que entienden que la flexibilidad en los turnos sólo se aplica a la hora de la salida, es decir, todos saben a qué hora se llega a la oficina, pero desconocen cuándo terminará la jornada. Sin embargo, todavía quedan muchas ideas poco explotadas y con un gran impacto, tanto desde el punto de vista económico para la empresa, como emocional para el trabajador. Compañías como Iberdrola o Renault cuentan con un programa de luces apagadas, es decir, la oficina se queda a oscuras a una determinada hora de la tarde para que nadie se quede trabajando horas extras sin motivo. Aquí, un compendio de buenas ideas implementadas en Pymes.